Hace unas semanas, última semana de enero para ser más preciso, conocimos del Informe de Monitoreo de Indicadores del Comité Interministerial del Cambio de Hora (pdf), en el cual se informa sobre el análisis realizado durante el año 2015, de las diferentes alternativas de huso horario que debiera adoptar nuestro país, así como la conveniencia o no de utilizar el cambio de hora.
Dicho informe parte señalando que:
En enero del año 2015, el Ministerio de Energía anunció que el Gobierno había decidido mantener en forma indefinida un horario único en Chile continental e insular, tomando en consideración variados estudios sobre la materia y efectos que genera un cambio de horario dos veces al año. Los estudios, contratados en los años 2009 y 2014 han dado cuenta que la medida de cambio de horario se sostenía en una premisa de ahorro energético que en la actualidad había dejado de tener vigencia.
La decisión generó variadas opiniones en el Congreso Nacional, en la población y en algunos sectores productivos, tanto de rechazo a la medida como de apoyo e indiferencia, razón por la cual el Ministerio de Energía inició una ronda de conversaciones con distintos actores que culminaron en la necesidad de realizar un proceso de monitoreo para recabar la mayor cantidad de antecedentes sobre los efectos de un cambio de horario en el país, constituyéndose un Comité de Monitoreo Interministerial El comité sesionó una vez por mes, presidido por el Ministro de Energía Máximo Pacheco, a partir del mes de Junio de 2015. El comité se constituyó con representantes de los ministerios de Economía, Agricultura, Educación, Salud, Interior y Transportes, actuando como secretaría técnica el Ministerio de Energía.
Después de varias lecturas del informe, nos gustaría hacer algunas reflexiones en torno a su contenido, ya que suponemos, es la herramienta que se va a utilizar para mantener la decisión tomada en febrero del año 2015 de utilizar sólo un huso horario, el horario de verano hasta el año 2017 (año 2018 cambia la actual administración, dato no menor), queda la duda, si a partir de ese año empezaremos nuevamente a jugar con los cambios anualmente como lo hicimos durante cerca de 5 años.
El análisis del documento, lo hicimos desde los temas de específicos, de forma y aquellos que nos parecen más importante relacionados con el fondo del tema.
Temas específicos
Forma
Algunos elementos de forma, que un documento de estas características debiera tener:
Aspectos de fondo
El documento entrega un montón de números, pero en realidad no los explica, ni justifica. Peor aún, el informe nunca responde la pregunta de si es bueno el cambio de horario. Al final, sólo aparecen frases como “Sin embargo, el cambio de hora no puede ser descartado, ya que en junio 2015 la hora de ingreso a clases fue anterior a la salida del sol, por lo que los estudiantes debieron movilizarse “de noche”. Es decir, puede que afecte, como puede que no.
Al documento no presenta un acápite de conclusiones a partir de los datos que entrega, no hay recomendaciones, se espera que un documentos de estas características concluya y entregue un conjunto de recomendaciones al Comité de Ministros o en su defecto a quien deba definir la política pública de cambio de hora.
Conclusiones
Medir el impacto del cambio de horario es algo tremendamente difícil. Afecta virtualmente todas las actividades humanas y este efecto es muy difícil de cuantificar. Esto es especialmente cierto en un país que abarca tantas latitudes como Chile; el efecto va a ser muy diferente en el norte o el sur. Por lo mismo, no es serio hacer cherry-picking y tomar ciertas métricas del 2014 para compararlas con las del 2015. Creemos que, si se quieren hacer políticas públicas basadas en evidencia, ésta tiene que ser más elaborada que sólo mostrar algunos números.
Este post fue escrito a cuatro manos por Alejandro Barros y Alvaro Graves
Publicado en “El Escritorio de Alejandro Barros”, 16 de febrero de 2016