La semana pasada tuve el privilegio de conocer y conversar en privado con Pasi Sahlberg, el especialista finlandés (o finés) en política educativa, de renombre mundial, que nos estuvo visitando en Chile. Es matemático con post grado en educación, e hizo clases 20 años en una escuela pública de ese país, por lo cual no es únicamente un académico del tema. Es autor de la mundialmente citada obra “El cambio educativo en Finlandia: ¿qué puede aprender el mundo?”.
Aprendí más en esas 3 horas que en 3 meses. Por ello, le solicité una entrevista, que plasmaré aquí. Esta no es una columna, sino una entrevista con transcripción traducida pero textual de las respuestas.
En este polarizado país, me temo que algunos lectores encontrarán aquí párrafos para abanderarse pro o contra la reforma, a favor del gobierno o la oposición, y borrarán de su mente los párrafos que no les convienen. Pero, en fin, sigamos discutiendo y tratando en lo posible de generar un consenso nacional. Sin ese ingrediente, estamos fritos, y Sahlberg lo deja muy claro.
1. Ya todos sabemos de la importancia de los profesores en Finlandia, y de los elevados grados de autonomía que ellos y las escuelas gozan. Vamos un paso más allá, entendiendo que ningún país puede copiar a otro, especialmente con trayectorias tan disímiles como las de nuestros países. ¿Podrías comenzar identificando los aspectos culturales y sociales que marcan la situación educativa de tu país?
“Creo que las políticas educativas deben ser aprendidas, nunca copiadas… tal como enseñamos a los niños en nuestras escuelas. Es común no sólo en Chile sino en muchos países intentar imitar la educación de Finlandia, y siempre recomiendo no hacerlo. La principal razón es que la sociedad finlandesa ha logrado funcionar bien en su conjunto, no sólo en educación. Las políticas de salud, empleo, juventud y medioambiente están intrínsecamente ligadas con la educación escolar”.
“Si acaso hay un aspecto de nuestra educación que es más importante que otros, es el foco sistemático en incrementar la equidad y la igualdad educativa: educación parvularia universal, atención preventiva a niños, y escolaridad obligatoria sin selección ni especialización temprana”.
(Nota de MW): Como me explicó Sahlberg, hay procesos de elección de escuela por los estudiantes, en el tramo de 16 a 19 años, con selección por promedio general de notas incluyendo las de arte, deportes, etc., tanto para escuelas técnico-vocacionales como científicas, y aquellas altamente especializadas, y todas son igualmente demandadas. Este es el tramo de la “Educación Media-Superior”, a diferencia de Chile, en que la selección se hace a los 13 años, al menos hasta hoy.
2. Muchos chilenos creen que la educación comienza en Finlandia a los 7 años de edad. ¿Qué tan importante es el segmento de 0 a 6 años?
“Hay una creencia universal en Finlandia, de que el derecho que tienen los niños a la buena formación en la infancia temprana es un factor crítico en los buenos resultados educativos del país. De acuerdo a nuestra legislación, cada niño tiene derecho a buen cuidado infantil antes de ir a la escuela”.
“Prácticamente todos los niños pasan su primer año en casa con uno de los padres, y en ese período ellos continúan recibiendo salario total desde su lugar de trabajo. Los padres pueden elegir permiso extendido incluso hasta que el niño cumpla 3 años, recibiendo subsidio estatal para quedarse en casa. Cerca de 60% de los niños en ese tramo están en casa cuidados por uno de los padres”.
“75% de los niños entre 3 y 5 años van a recintos parvularios. Los padres, de acuerdo a su nivel de ingreso, deben co-pagar por este servicio, que está mayoritariamente organizado por los municipios, aunque también por proveedores privados, pero no hay segregación por capacidad de pago. Recientemente, se hizo obligatorio y totalmente gratis el Kinder de los 6 años, y el 100% va a estos establecimientos”.
3. ¿Podrías describir la formación y remuneración de los educadores de párvulos, la proporción educadora/niño en las aulas preescolares, y el enfoque pedagógico de las mismas?
“Los así llamados profesores de Kinder estudian en escuelas de pedagogía, y únicamente en universidades que hacen investigación (research universities). El grado básico es la licenciatura (bachelor in education). Estos profesores, como por ejemplo mi hermana, no son muy bien pagados, ganan bastante menos que los profesores de primaria. Generalmente es un educador por cada 15 niños, y hay además otro personal de apoyo”.
“El curriculum parvulario está basado en lineamientos nacionales, que enfatizan el desarrollo integral desde los ángulos de salud, social, y emocional, de manera que puedan ser niños felices y seguros. El juego desestructurado, incluyendo aquel relacionado con música, arte, danza y teatro, es la base fundacional para el aprendizaje posterior”.
4. Pasi, estuviste una semana en Chile, justo cuando hay duras discusiones respecto a la Ley de Inclusión. Muchos padres -los “segregados hacia arriba”- y los partidos de oposición han reclamado airadamente. ¿Podrías comentar sobre la oportunidad y necesidad de esta reforma específica?
“Pasé una magnífica semana en Chile, que me ayudó a comprender no sólo su educación sino su cultura y su gente. Si miro la situación usando la experiencia internacional como contexto, no puedo sino concluir que se requieren cambios fundamentales, si es que Chile quiere un sistema educativo que apoye de veras al país en su ruta de desarrollo, que ha sido en general exitosa. Tal vez no sea novedad para muchos chilenos, pero somos muchos los investigadores que hemos dicho que Chile iba por la ruta incorrecta en sus políticas educativas”.
“Ningún país del mundo ha sido exitoso con sistemas como el chileno. Se requiere más foco en la equidad de resultados, mejor gestión de la libertad de elección y de la segregación, mejorar la profesión docente, y construir una reforma con una visión clara de futuro, y esa ha sido la sugerencia de muchos especialistas internacionales”.
“Me gustan las reformas que están en curso, pero tengo dudas si acaso la lógica y orden de los proyectos es la mejor para el cambio educativo. Como yo lo veo, uno de los primeros pasos críticos es apoyar a las escuelas públicas tan fuertemente, que los padres se convenzan de que serán buenas para sus hijos. También debo decir que no envidio a los políticos y autoridades educativas chilenas que tienen frente a ellos este complejo mundo de cambios por delante”.
5. En los años 70, Finlandia tuvo su transición desde escuelas mayoritariamente privadas a públicas, un cambio incluso más profundo que el nuestro. ¿Fue la disputa política tan dura como acá? ¿Cómo la resolvieron, y en cuánto tiempo?
“Efectivamente, Finlandia tuvo una reforma similar a la que está ocurriendo hoy en Chile. En 1970 teníamos un bajo nivel educativo, éramos una nación agrícola pobre, que necesitaba mejor educación para desarrollar nuestra prosperidad y seguridad. El debate político fue feroz, y se calmó únicamente cuando las legislaciones se aprobaron”.
“Hubo tres aspectos críticos para el éxito. El primero es que se trabajó duro para clarificar la visión de la reforma educativa. Se concordó, después de largos debates, que necesitábamos, más que nada, un sistema que proveyera buenas escuelas públicas a todos los niños”.
“En segundo lugar, hubo campañas masivas de comunicación para que los padres y comunidades aprendieran más sobre los cambios que se tratarían de lograr. Tercero, comprendimos rápido que sin buenos profesores y directivos líderes la reforma fracasaría. Por ello, trasladamos toda la formación pedagógica para ser impartida únicamente en universidades que hacen investigación, y luego avanzamos hacia una calificación avanzada en base a títulos de magíster”.
6. ¿Cómo ha sido la experiencia internacional en escuelas con fines de lucro?
“Muchos países tienen hoy sistemas en que coexiste la educación privada y la pública. Pero es poco común que haya escuelas con financiamiento público y fines de lucro. Hay algunas en Estados Unidos que han enriquecido enormemente a sus dueños. Otro ejemplo es Suecia, y allá terminaron teniendo problemas políticos y operacionales muy complejos, a tal punto que la política educativa se convirtió en un tópico central de las recientes elecciones en ese país”.
“El consenso creciente en Suecia es que no debieron usarse fondos públicos para lucro privado, y hoy están buscando la manera de retornar a un sistema más público y equitativo. La evidencia internacional sugiere que los mejores sistemas educativos tienen un énfasis fuerte en educación pública, y que controlan mucho que los fondos públicos no se conviertan en ningún tipo de ganancia privada”.
7. Pasi, dado lo que conociste sobre la reforma educativa chilena esta semana, ¿cuáles serían tus principales sugerencias para nosotros?
“Siempre dudo sobre dar consejos a gobiernos a menos que me inviten a darlos. No tuve oportunidad de ver escuelas chilenas funcionando, y tampoco vi al ministro, para escuchar directamente de él sobre la situación. Pero si quieres observaciones generales, sugeriría dar énfasis a tres aspectos de la reforma”.
“El primero sería asegurarse de que los ciudadanos y los políticos entiendan la importancia que la equidad e igualdad de oportunidades tienen para construir un sistema educativo sustentable y de alta calidad. Me quedó la impresión de que la gente asocia equidad con ciertas posiciones políticas o ideológicas. Sin embargo, basta leer el reporte de la OCDE 2015, para constatar que la equidad debe ser uno de los pilares centrales de las reformas en el mundo, de modo que el aprendizaje de los estudiantes sea generalizado”.
“En segundo lugar, habría que pensar mejor qué políticas y prácticas inmediatas hay que usar para mejorar las escuelas vulnerables, que son casi siempre públicas. Hay que hacer comprender a apoderados y políticos que dudan sobre la capacidad de aprendizaje de los niños, que se necesita más inversión en esas escuelas y comunidades”.
“Tercero, habría que pensar más acerca de la teoría de gestión del cambio que toda la reforma implica. Una resistencia demasiado dura de apoderados y otros actores puede llegar a parar toda la reforma. Una lección simple para quienes reforman la educación es que se necesita una visión crítica de la situación actual, una visión del futuro deseable, y una teoría de cambio para transitar de un punto al otro. Todos estos aspectos requieren una consideración más profunda en Chile. A la postre, como lo dijo Mark Twain elocuentemente, ‘no es lo que no sabes lo que te mete en problemas, sino aquello que tú sabes con certeza, pero que no era tan verdadero’”.
Mario Waissbluth
Voces de La Tercera, 23 de enero de 2015