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Aporía

Mario Waissbluth

El Padre Felipe Berríos me hizo el honor de prologar el ensayo “Tejado de Vidrio: Cómo Recuperar la Confianza en Chile”. En ese texto utilizó la palabra “aporía”, que yo desconocía.

La frase que usó fue: “los chilenos debemos dimensionar la hondura del problema y transformar el pesimismo y las quejas al voleo en conciencia de las responsabilidades que cada uno tiene para salir de la aporía nacional: qué actitudes y hábitos de cada uno y de nuestra sociedad deben cambiar, y qué les vamos a exigir a las autoridades actuales y a las que elijamos”

Hay signos evidentes de esta “aporía” o “desesperanza aprendida”. Resignación frente al carnaval de cohechos, colusiones, estafas, desprolijidades, nepotismos, tráficos de influencia, con las cuales, al fin de cuentas, nos vamos insensibilizando.

Al enterarnos de la enésima barbaridad, y ver que los responsables no terminan en la cárcel, ni con una sanción relevante al tamaño de la falta, o ni siquiera siendo investigados, terminamos haciendo un gesto de impotencia, refugiándonos en la familia y los amigos, y mascullando “que se vayan todos, este país no tiene remedio”. Otros, más exaltados, claman en redes sociales por la revolución francesa con guillotina. Pero tampoco hacen algo concreto. La misma aporía pero con más rabia.

Ejemplos no faltan para provocar la resignada desesperación. Daré sólo 5, pero podrían ser 100.

1)    Jovino Novoa ha sido por décadas el máximo líder, coordinador y organizador de campañas de la extrema derecha. Cuando fue acusado por el tema de las boletas truchas, financiamiento ilegal de campañas, y evasión de impuestos, mintió flagrantemente. Dijo que el era impoluto, insultó a la Fiscalía. Es decir, aparte de cometer delito, Novoa es mentiroso. Pues bien, por el procedimiento abreviado, la Fiscalía pide tres años de presidio menor y multa del 50% del perjuicio fiscal a Jovino Novoa. La pena solicitada significa que no irá a la cárcel ni perderá derechos políticos. En una de esas, con impotencia, a menos que el juez se ponga duro, lo veremos tan campante en un par de meses más en el cuerpo directivo de la UDI, pontificando sobre la política en Chile. No veo a la gente chillando por esto, salvo algunos en Twitter. Aporía.

2)    Jorge Pizarro Cristi, hijo del senador DC Jorge Pizarro, entregó boletas de honorarios por “asesorías verbales” a Soquimich, al igual que su hermano. Por su participación en la campaña fue premiado con el cargo de vicepresidente ejecutivo del Comité de Inversiones Extranjeras. Al ser cuestionado por la Fiscalía, renunció a su cargo. ¿Le pasó algo por su participación en el financiamiento ilegal de campañas? Que yo sepa, nada. Su cuestionado padre, excesivamente aficionado al rugby, continúa de Presidente de la DC. El hoy Diputado y vicepresidente DC, Sergio Espejo, fue el Ministro directamente responsable de “apretar el botón rojo” de la puesta en marcha del desdichado Transantiago.¿Quién reclama? Nadie. Aporía.

3)    Jorge Insunza, en ese momento PPD, prestó asesorías a empresas mineras siendo presidente de la Comisión de Minería de la Cámara. Por ello, su paso por la Secretaría General de la Presidencia le duró menos de un mes. Sin embargo, el potencial de cohecho no es demasiado diferente al caso del Senador Orpis con la empresa Corpesca. Por supuesto, nunca nadie podrá demostrar si Orpis o Insunza votaron en conciencia o lo hicieron influidos por sus financistas. Pero la violación ética es flagrante en ambos casos. ¿Qué le pasó judicialmente a Insunza? Que yo sepa, nada. ¿Quién reclama? Nadie. Aporía.

4)    Recientemente, el duopolio Nueva Mayoría – Alianza, cuyos partidos gozan de una confianza ciudadana del 3%,  aprobó unánimemente, uno diría que coludidamente, una propuesta legislativa que, en los hechos, mata a todo partido emergente o reciente. Se priva al país de una verdadera renovación democrática, manteniendo así secuestrada la representatividad política. Si bien esto aun no se ha aprobado, y esperemos que la Presidenta lo vete, la pregunta es ¿quién se enteró? ¿qué ciudadanos reclamaron, salvo un par de cuidadosas cartas a la prensa? La aporía, una vez más.
5)    Por último, ¿cómo se siente la ciudadanía al ver que las multas monetarias y penales a los múltiples casos empresariales de privatizaciones truchas, colusión, manejo de información privilegiada, o evasión tributaria, son mínimas o inexistentes comparadas con el tamaño del enriquecimiento? Sus actores asisten a seminarios como grandes personajes del empresariado y pontifican sobre las bondades del libre mercado, ante nuestra impotente mirada.

¿Qué hacer entonces? No se debe criticar sin proponer soluciones. Estas, ciertamente, no están en seguir mascullando en la casa, ni tampoco en salir a apedrear el Congreso, con lo cual lo único que lograríamos es terminar en el SAPU.

La única solución es que todos nos tomemos la participación política en serio. Esto significa inscribirse y participar activamente en cualquiera de los partidos emergentes: Partido Ecologista Verde, Amplitud, Revolución Democrática, Ciudadanos, Red Liberal, Partido Liberal, M.A.S, Partido Progresista, Movimiento Independiente Regionalista, Izquierda Ciudadana, Partido Humanista, Evópoli. Harto donde escoger. También puede Ud. inscribirse o reinscribirse en cualquiera de los partidos del duopolio, y trabajar activamente desde adentro para democratizarlos. Por supuesto, esto significa ir a votar y no irse a la playa ese Domingo.

Como no se debe proponer sin predicar con el ejemplo, estoy considerando seriamente inscribirme y colaborar en Revolución Democrática, siempre que su reglamento acepte miembros de la tercera edad. Escoja Ud. cualquier partido, pero escoja, participe, proponga, vote y chille por canales organizados. No más aporía. Hagámosle caso a Felipe Berríos.

Mario Waissbluth
Voces La Tercera, 1 de diciembre de 2015