En abril, el diario británico The Guardian entrevistó al Dr. Michael Dixon, presidente de la NHS Clinical Commissioners. En ella, Dixon expresó que los hospitales de Inglaterra se deben reducir o cerrar, a fin de acercar varias líneas de servicios médicos a los pacientes: exámenes diagnósticos, consultas y atenciones por demencia. Además, dijo que cerca del 70% de las camas hospitalarias son ocupadas por pacientes ancianos frágiles, quienes podrían ser atendidos en sus casas por profesionales de sus propias comunidades.
Estas ideas generaron gran debate en el sector. Algunos declararon que sólo se interesa en reducir costos y otros, que va en la dirección correcta, pues los equipos hospitalarios serán insuficientes para enfrentar el número creciente de personas de edad avanzada con necesidades múltiples y complejas. De todos modos, la propuesta del Dr. Dixon permite afrontar el momento de austeridad económica en Europa.
¿Es relevante para Chile lo que hoy ocurre en Inglaterra? Sí, pues se espera que la población chilena envejezca y con ello, cada vez más pacientes tengan múltiples patologías crónicas.
Algunos datos chilenos: según el DEIS en el año 2012 se realizaron cerca de 1,6 millones de interconsultas, de las cuales 514 mil fueron consideradas pertinentes en hospitales según protocolo de referencia, en tanto se registraron 1,1 millones de egresos hospitalarios. Estos datos evidencian que muchos pacientes ingresan por emergencia, los cuales son más costosos y complejos de intervenir que los de atención primaria. Entonces, ¿dónde conviene aumentar esfuerzos y mejorar prácticas?
En el Centro de Sistemas Públicos, a través del proyecto FONDEF Colaboración Pública, hemos conocido al menos tres buenas prácticas en Centros de Salud Familiar: dos de ellas permiten prevenir y monitorear a los pacientes con múltiples patologías y la tercera aumenta la pertinencia de las interconsultas y, con ello, favorece la integración de la red (disponibles en saludaps.colaboracionpublica.org).
En síntesis, como sugiere Dixon, podríamos: permitir que en APS ocurran más intervenciones simples y controles post-hospitalarios y, replicar las instituciones gestoras de servicios médicos locales de atención primaria, pero sólo para atención pública. Así, se podría transferir pacientes a cualquier hospital público, disminuyendo tiempos y múltiples derivaciones, y evitando eternas listas de espera en otro Servicio de Salud, porque el propio no cuenta con determinada prestación. En suma mejoraríamos la calidad y equidad de la atención a los pacientes y promoveríamos a los hospitales más oportunos y costo-eficientes, aumentando la eficiencia del sistema de salud.