La discusión del Presupuesto 2012 de Educación, cuyo aumento global ha sido raquítico, y centrada casi exclusivamente en la gratuidad para el 40 o 60% de la educación superior – así como la carencia de políticas y escenarios presupuestales claros para lo que resta del período presidencial – me tiene con los pocos pelos de punta… en particular en lo que se refiere al tema parvulario y preescolar. Espero que al final de esta columna los lectores terminen igual de frustrados que un servidor.
Utilizaré algunas citas textuales entrecomilladas, pues la cosa es seria y hay que tratarla con rigurosidad.
Antecedentes técnicos
La cantidad de publicaciones internacionales sobre el tema es enorme. Citemos una que proviene del Premio Nobel de Economía 2000 James Heckman, quien escribió un muy reconocido texto con Pedro Carneiro en 2003 (Human Capital Policy, NBER Working Paper No. 9495):
Demostramos la importancia de las habilidades cognitivas y no cognitivas que se forman tempranamente en la vida para dar cuenta de los rezagos raciales, étnicos y familiares en la escuela y en otras dimensiones del éxito social y económico.
La evidencia apunta a un elevado retorno para las intervenciones tempranas y un bajo retorno para las intervenciones remediales o compensatorias más tardías en el ciclo de vida. Competencias y habilidades tempranas producen competencias y habilidades futuras.
Es improbable que políticas tradicionales como subsidios a aranceles de educación superior, mejoras en calidad escolar, entrenamiento laboral… sean efectivas en cerrar las brechas.
Más adelante, el trabajo demuestra que la rentabilidad social de un dólar invertido en la infancia temprana (0 a 5 años) es entre 6 y 8 veces mayor que un dólar invertido en la educación superior o la capacitación laboral. Esto se explicaría no sólo por mejores rendimientos escolares futuros sino también por una menor incidencia de drogadicción y delincuencia, mayor esperanza de ingresos, y acceso de las madres al trabajo.
A mayor abundamiento, el reciente estudio “PISA in Focus” de Febrero de 2011 dice, otra vez textualmente:
Es elemental. Los estudiantes se benefician de la educación preescolar. En los resultados PISA 2009 en prácticamente todos los países de la OECD, los estudiantes de 15 años de edad que habían tenido algún tipo de educación preescolar tuvieron mejor desempeño que los que no la tuvieron.
De hecho, la diferencia en estudiantes que tuvieron más de un año de preescolar fue superior en 54 puntos en la evaluación de lectura.
Este estudio considera como “preescolar” a sala cuna, jardín infantil, prekinder y kínder. Como ejemplo pertinente, en Francia, las mundialmente reconocidas Ecoles Maternelles están disponibles gratuitamente para el 95% de los niños entre 3 y 5 años… en cada barrio. Hay quien dice que son el pilar fundacional de la república francesa. Si de gratuidad se trata…. ¿cuál vendría siendo la prioridad?
Antecedentes legislativos
El Congreso, en un acto aplaudido y posteriormente olvidado (como suele ocurrir) basándose en las recomendaciones del Consejo Asesor Presidencial para la Reforma de las Políticas de Infancia del 2006, promulgó en Septiembre del 2009 la Ley 20.379. Ella establece:
Artículo 12.- “Chile Crece Contigo” garantizará las siguientes prestaciones para los niños y niñas que presentan situaciones de vulnerabilidad: … b) Acceso gratuito a sala cuna o modalidades equivalentes… c) Acceso gratuito a jardín infantil de jornada extendida o modalidades equivalentes… d) Acceso gratuito a jardín infantil de jornada parcial o modalidades equivalentes para los niños y niñas cuyos padre, madre o guardadores no trabajan fuera del hogar.
Para acceder a las prestaciones señaladas los beneficiarios deberán pertenecer a hogares que integren el 60% socioeconómicamente más vulnerable.
Dada la triste realidad de que al 2009 el quintil más pobre tuvo una cobertura de 6.6% en salas cuna, y 27.2% en Jardines Infantiles, y que ha habido nulo crecimiento presupuestal desde entonces, el Congreso, en otro abrazo histórico (posteriormente olvidado), firmó en Enero del 2011 un Protocolo de Acuerdo entre el Ministro de Educación y las bancadas de Gobierno y Oposición que contempla muchos temas escolares, incluyendo también:
…revitalizar el nivel parvulario mejorando tanto la calidad como la cobertura… El Ministerio de Educación se compromete a estudiar la actual institucionalidad y el mecanismo de financiamiento público de este nivel.
Cabe asimismo destacar que, durante la discusión presupuestaria del año pasado, la razón por la que el Gobierno CONGELÓ el presupuesto de este nivel fue la necesidad de evaluar los diferentes programas antes de seguir expandiéndolos. Hasta hoy no se conocen dichas evaluaciones ni las propuestas que debiesen derivar de ellas.
Tristes datos y exiguo financiamiento
Según las estimaciones de la Unidad de Estudios de Educación 2020, hay cerca de 750.000 niños de 0 a 3 años fuera del sistema, a los que se agregan cerca de 100.000 en el rango de 4-5 años (es decir, pre-kínder y kinder). Esta es una población del mismo orden de magnitud que la que hoy se encuentra cursando educación superior… pero sin acceso alguno, gratuito o no gratuito, de baja o alta calidad.
Lamentablemente, los chiquitos no desfilan por las calles. No se han enterado siquiera del conflicto estudiantil y ya les estamos perjudicando el futuro.
Incomprensiblemente, el Gobierno propuso aumentar los cupos en el nivel de 0 a 3 años en la majestuosa cifra de… 19.366 durante el 2012, cifra que palidece ante los más de 500.000 niños pertenecientes a los tres quintiles más pobres que no asisten a ninguna institución y que por ley debiesen tener oferta asegurada.
Para prekinder y kinder, el gobierno propone la monumental cifra de 11.600 cupos, cuando hay cerca de 80.000 niños de los tres quintiles más pobres fuera del sistema educativo.
A modo de referencia, si la cobertura promedio de Chile aumentara anualmente un 10%, se tendría universalizado kínder el 2014, pre-kínder el 2017 y los 0-3 años de edad, los más cruciales desde el punto de vista escolar y social, el 2025. Está buena la revolución educativa.
Según nuestras estimaciones, financiar el ingreso al sistema de los niños pertenecientes a los tres quintiles de menores ingresos – entre 2 y 5 años de edad – requeriría adicionar, a la mayor velocidad posible, del orden de USD$ 500 millones al gasto corriente y completar una inversión inicial del orden de los USD$ 600 millones en materia de nueva infraestructura.
Demás está decir que es necesario además mejorar cualitativamente la calidad de la formación y el monto de la remuneración de las parvularias, la gestión del sistema preescolar, y evitar soluciones cosméticas y de parche como las que se rumorean, en cuanto a la intención del MINEDUC de disminuir fuertemente la proporción de parvularias por alumno, lo que sería un acto cosmético de graves consecuencias. No lo puedo confirmar, pero los rumores me llegan con frecuencia.
A modo de conclusión
Resulta incomprensible. La evidencia es demasiado contundente, el consenso político y técnico desde el 2006 también. No hay carretera, puerto, aeropuerto, Transantiago, línea de Metro, inversión carcelaria, ni en salud, que se compare en importancia y rentabilidad social a la de salas cuna y jardines infantiles.
Entiendo que este pueda ser un año internacionalmente difícil. Pero la economía chilena está sana. Por otro lado, como lo he señalado en otra columna de este mismo blog, denominada “Inequidad, Tributación y Eficiencia Pública”, no hay razón para no aumentar nuestra reducida carga tributaria a los más ricos. No logro comprender, salvo por razones políticas espurias, la bajísima prioridad que se le está dando a lo que debiera ser la madre de todas las batallas por el futuro de Chile.
Me da rabia, espero que a usted también, y que chille. Aún es tiempo antes de que se cierre la discusión presupuestal.
Mario Waissbluth
Blog La Tercera, 7 de noviembre de 2011