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Nuestro Centro entrega recomendaciones de mejora al primer Plan Nacional de Derechos Humanos

A partir de una completa evaluación, que incluyó entrevistas, encuestas, grupos focales y una mesa de expertos/as, nuestro equipo del CSP evaluó los resultados de las acciones definidas en el Plan Nacional de Derechos Humanos y su abordaje de problemas relacionados al ejercicio de los derechos humanos, y entregó una serie de recomendaciones para la mejora del diseño, implementación, monitoreo y evaluación de futuros planes de derechos humanos.

Por mandato de la Subsecretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, el Centro de Sistemas Públicos (CSP) de Ingeniería Industrial de la U. de Chile realizó la evaluación del primer Plan Nacional de Derechos Humanos (PNDH), informe que se entregó a principios de este año. En él se analiza el impacto de las acciones del plan y se entregan recomendaciones para mejorar su implementación futura.

Es importante señalar que el Plan Nacional de Derechos Humanos es un instrumento de política pública que comenzó a implementarse por primera vez en 2017, con el fin de coordinar acciones de promoción y protección de derechos humanos entre distintas instituciones del Estado. La primera versión contiene 15 capítulos temáticos, 608 acciones comprometidas, 43 instituciones del Estado involucradas, y en su elaboración contó con la participación de la sociedad civil.

Así lo explicó Tomás Alegría, coordinador de la iniciativa e ingeniero de Proyectos y Estudios de nuestro Centro, quien añadió que “el objetivo de la evaluación fue, por un lado, analizar los resultados de las acciones del PNDH y su impacto en el abordaje de problemas relacionados al ejercicio de los Derechos Humanos, y, por otro lado, entregar recomendaciones para mejorar las acciones, identificando fortalezas, debilidades y claves para la gobernanza y sostenibilidad de futuros planes. El estudio integró el Enfoque Basado en Derechos Humanos, con el enfoque de valor público y la ingeniería de sistemas”.

Recomendaciones
La evaluación se focalizó en tres de los 15 capítulos temáticos: Niños, niñas y adolescentes; Educación en derechos humanos; y Reinserción social para personas privadas de libertad. La información se levantó a partir de entrevistas, encuestas y grupos focales con entidades que diseñaron e implementaron el Plan, organismos de la sociedad civil, el mundo académico y equipo de la Subsecretaría de Derechos Humanos.

Sobre el diagnóstico, el coordinador del Proyecto señaló que se visualizó cierto desconocimiento de lo que se trataba el Plan por parte de las instituciones. “Tampoco está resuelto cómo las acciones permean a las distintas unidades de cada organización participante, más allá de los puntos focales. De igual forma, la asistencia técnica fue muy valorada, pero por limitaciones de recursos no todas las organizaciones tuvieron acceso a ella. Además, se detectó la necesidad de un presupuesto asignado para la implementación”, puntualizó Alegría.

A partir de esto, se realizaron ocho recomendaciones que se resumen a continuación:

1.- El PNDH es una herramienta clave para la construcción de una cultura de derechos humanos en y desde las agencias del Estado. Idealmente, debiese responder a una estrategia más amplia, que coordine las distintas iniciativas en materia de derechos humanos. Independiente de lograrse esta coordinación, que potenciaría los alcances del PNDH, se recomienda que éste cuente con una propuesta específica y formal de valor público, que forme parte integral de la estrategia desarrollada por la Subsecretaría de Derechos Humanos.

2.- Desarrollar un diagnóstico integral sobre las deficiencias institucionales para la implementación efectiva y eficaz del enfoque basado en derechos humanos, en las instituciones públicas; contar con una evaluación formal respecto a los conocimientos, actitudes y prácticas de los funcionarios públicos y cómo tales dimensiones afectan o facilitan el logro de los objetivos de un plan nacional de derechos humanos y poseer un diagnóstico preciso sobre las brechas vigentes respecto a los recursos. Tal diagnóstico permitirá especificar mejor los objetivos, optimizar los cursos de acción y servirá de línea base para el M&E del PNDH.

3.- Contar con una teoría del cambio específica para la ejecución del PNDH, que permita visibilizar la cadena de cambios que contribuyen a alcanzar sus objetivos orientadores.

4.- Mejorar los instrumentos de monitoreo, evaluación y retroalimentación del ciclo de política pública del PNDH. Estos procesos deben vincularse de manera expresa con el logro de los objetivos transformadores del PNDH e incluir espacios suficientes, en calidad y cantidad, de participación ciudadana en todo el ciclo del plan.

5.- Avanzar hacia una mayor coordinación con otros instrumentos con fines similares (planes y políticas), así como en una reflexión estratégica e indicadores que permitan una línea base para el control de gestión. Ello implica, entre otras cosas, promover acciones colaborativas entre las distintas organizaciones que participan del PNDH, que permitan enfrentar problemas complejos.

6.- Revisar y profundizar las acciones de Asistencia Técnica lideradas por la Subsecretaría de Derechos Humanos. Ello podría incluir no solo la transferencia de conocimientos, sino también el apoyo al desarrollo de diagnósticos y evaluaciones sectoriales, así como la inclusión de perspectivas y acercamientos especializados en subcampos de los derechos humanos, en colaboración con agencias especializadas del Estado.

7.- Fortalecer el acompañamiento desarrollado por la Subsecretaría de Derechos Humanos del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, con instrumentos de política pública que refuercen el cumplimiento de las metas y acciones del plan. Esto podría incluir, entre otras herramientas, el desarrollo de instrumentos de gestión que permitan asociar fondos e incentivos de inversión desde el gobierno central, para el logro del PNDH.

8.- Mejorar los niveles de participación de la academia, la sociedad civil y la ciudadanía en general, en el proceso de diseño e implementación del plan, previendo mecanismos concretos que velen por su exigibilidad y monitoreo ciudadano permanente.

Respecto a la importancia del proyecto realizado por el CSP, Alegría señala que “el Plan en sí es un esfuerzo muy importante para que se visibilice y accione respecto a un tema tan fundamental como los Derechos Humanos desde las distintas instituciones y que esto no sea un esfuerzo aislado. Y en este sentido, nuestra evaluación viene a ser un insumo para fortalecer la implementación y futura construcción de la tercera versión del Plan, de modo que las acciones ahí contempladas generen más valor público”.

Es importante señalar que la segunda versión del Plan fue presentada este año, por lo cual se espera que la evaluación realizada por nuestro Centro pueda ser útil para mejorar su implementación y, posteriormente, sean recogidas desde el diseño de la tercera edición, para una mayor coordinación de las organizaciones vinculadas con este tema.

29 de junio de 2023