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Los ingredientes de la violencia

Mario Waissbluth

Columna publicada en El Mercurio, 5 de enero de 2020.

Sr Director:

La violencia se cocina en una olla con seis ingredientes:

  1. Violentistas, del “baile de los que sobran”, que encontraron una épica grupal para abordar su desesperanza aprendida en 20 años, generalmente provenientes de escuelas públicas segregadas a la inversa, en barrios marginales. Son aplaudidos y apoyados por buena parte de la ciudadanía.
  2. Una policía desacreditada desde antes, que en esta ocasión cometió tantos errores que hoy no cuenta con las herramientas proporcionales para contener seriamente la violencia.
  3. Según encuesta Criteria Research (31 dic.) cerca de 50% de los ciudadanos cree que Carabineros daña a la gente intencionadamente, que incita a la violencia, y que esta es apoyada por bandas narco. Nada menos que 41% opina que la violencia en las manifestaciones es la única manera de ser escuchados por la clase política.
  4. Los partidos de oposición manifiestan una débil – o nula en el PC y FA – crítica a la violencia, y se solazan con acusaciones constitucionales al gobierno. No ofrecen soluciones alternativas.
  5. Los partidos de gobierno, salvo honrosas excepciones que no incluyen al Presidente, siguen afirmando que el modelo de desarrollo “made in Chicago”  seguirá siendo la solución, que sólo requiere ajustes menores y mayor control de abusos.
  6. El Presidente mantiene un discurso relativizador en torno a los DDHH y asegura que “lo peor de esta crisis ya pasó”.

A este ritmo, celebraremos el 31 de Diciembre de 2020 en la Plaza “Italia-Baquedano-Dignidad-Anomia” con peores incidentes que hoy, con la economía y el empleo en el suelo. Es hora de que el Presidente y el gobierno gobiernen de veras, que presenten una agenda social y tributaria relevante y de largo plazo; que reorganicen la policía y controlen la seguridad pública sin violar los DDHH pero sin complejo alguno, como en cualquier país civilizado; y que todos los partidos políticos por primera vez  se junten a dialogar con altura de miras para sacar al país de esta grave crisis. Nada pierden pues su descrédito ya es total.

Mario Waissbluth

Centro de Sistemas Públicos

Universidad de Chile