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"¿Mejores pensiones? Partamos por casa, Pablo Paredes

Pablo Paredes

Dentro de las opiniones que han surgido producto del descontento con las AFP, existe un punto de consenso en que un sistema de capitalización individual como el chileno es poco probable que entregue pensiones dignas en ausencia de una trayectoria laboral que permita una cotización adecuada. Un aspecto no siempre mencionado sobre esta situación se vincula con la calidad del empleo que genera el propio Estado, en teoría, el primer interesado en que las futuras pensiones de los chilenos sean de calidad.

De acuerdo al sitio EmpleosPúblicos.cl, que desde fines de 2009 ofrece información de trabajos en un número creciente de instituciones, entre el inicio del sistema y marzo de 2016 se publicaron 15.253 concursos para un total de 38.747 vacantes. Si bien esto representa un porcentaje menor del total de contrataciones del Estado durante ese periodo, ya que la mayoría transita por otras vías más o menos opacas es, a su vez, el mayor espacio de búsqueda y oferta transparente de empleos para el sector público del país.

Lo llamativo de esta información es que el 38% de estas ofertas fue para llenar vacantes a honorarios, es decir, sin estabilidad ni previsión con cargo al empleador constituyendo, por tanto, una fuente potencial de lagunas previsionales en el largo plazo. La normativa que buscó incorporar a los honorarios al sistema previsional ha sido pospuesta en varias ocasiones y en el actual contexto de crítica social es poco probable que vea la luz en un futuro cercano.

Esta oferta de empleos a honorarios no se manifiesta de forma pareja en todo el territorio nacional. Mientras en la Región Metropolitana el 26% de los cargos publicados a través del portal fue bajo este régimen, en regiones como Aysén esta cifra superó incluso el 60%. Este no es un antecedente menor, considerando que durante el año 2015 el 16% de los trabajadores asalariados del país (BBVA Research) llegó a prestar servicios en algún organismo público. A esto se suma el hecho que en algunas regiones el Estado llega a representar un porcentaje elevado de su producto económico y, por tanto, del empleo que se genera en ella.

Más allá de las discusiones sobre las falencias evidentes de nuestro sistema de capitalización, lo efectivo es que ningún sistema de pensiones es capaz de entregar jubilaciones dignas en un contexto donde la inestabilidad laboral y la sub-cotización son norma. En este sentido, la primera misión de un Estado que busca hacerse responsable del futuro previsional de su población debiese ser al menos no contribuir a ahondar el problema.

 

Pablo Paredes, Ingeniero de Proyectos y Estudios Centro Sistemas Públicos (CSP)
La Segunda, 17 de agosto de 2016