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Mario Waissbluth inauguró ciclo “Haciendo Educación”

El 14 de octubre, Director Académico del Centro de Sistemas Públicos (CSP) y Coordinador Nacional de Educación 2020, inauguró el ciclo de conferencias “Haciendo Educación” que organizan Docencia y la Dirección de Relaciones Institucionales del Departamento de Ingeniería Industrial.

Waissbluth fue presentado por Richard Weber, académico de Ingeniería Industrial y Director de Docencia, quien, junto con hacer un recuento sobre su trayectoria profesional, destacó la organización de este ciclo de seminarios. En este marco, Weber señaló: “Dado lo que está ocurriendo, pensamos que sería una buena medida cambiar el enfoque y ofrecer un curso desde la perspectiva de la educación. Invitamos a distintos actores de la educación para que den una charla a los alumnos, quienes luego son evaluados a través de informes. Esta es nuestra contribución”.  

En un diálogo cercano y directo con los alumnos que repletaron el salón Gorbea de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile, Waissbluth comenzó su intervención analizando los antecedentes históricos que llevaron a que la educación enfrente la crisis que hoy vive. Entre ellos, nuestro modelo socio-económico (a su juicio, el más extremo del planeta) y el desarrollo de un período de democracia vigilada, con amarre constitucional incluido.

Durante el gobierno militar, en tanto, Waissbluth identificó algunos elementos que también inciden en el actual estado de conflicto. Entre otros, la culminación del cierre de los establecimientos normalistas, pilares de la Educación Básica, con lo cual -asegura- se le dio un golpe mortal a su calidad; el decreto de la libertad del mercado educacional, lo que le condujo a un libertinaje de la actividad docente (profesores ‘marmicoc’ y carreras por correo) y la municipalización de la educación pública, “lo que no era una mala idea, ya que ocho de cada 10 países exitosos en el mundo tienen un modelo de educación pública descentralizado”.

 Sobre este último punto detalló:

 “El problema fue cómo se ejecutó. En 200 municipios, de 340, no hay más de una persona a cargo de la educación de la comuna y en 60 de ellos trabajan media jornada”.

El camino hacia la conflictividad que hoy se vive en este sector, por último, terminó de pavimentarse con la reducción del sueldo de los profesores, a menos de la mitad, además de una pérdida previsional.

Entre las consecuencias de este modelo, Waissbluth identificó las siguientes:

  • Aumento de la cobertura de la educación, pero con un mercado desregulado, sin ningún requisito de escala, capacidad ni calidad y en el que la educación municipal es un competidor más.
  • La caída de la matrícula municipal a un 37% y la cual, con suerte, llegará al 30% el próximo año (en 1982 la educación municipal chilena representaba el 75,3% de la matrícula total del sistema).
  • Libertinaje en el mercado de la Educación Superior.

 En este marco, y pese a que el investigador señaló que nuestro país rinde el mejor test de PISA de Latinoamérica, también observó dos ‘peros’: el olvido de la educación de la primera infancia, “con Bachelet y 16 años después de que la Concertación asumiera el gobierno se aumentó su cobertura de 10% a 30%”, y la adopción de la política de financiamiento compartido, “una de las más insólitas y que produce la segregación de las escuelas”.

Sobre la última medida señaló tajante: “Tenemos el sistema escolar más segregado del mundo y una educación secundaria ‘molida’”.

Finalmente, el académico mencionó un último cambio significativo -y acertado- durante el período del gobierno de la Concertación: la decisión de entregar más recursos a los estudiantes más vulnerables, la llamada subvención diferenciada, herramienta desarrollada por Alejandra Mizala y Pilar Romaguera, y la cual se ha traducido en algunos aumentos de los establecimientos de bajos recursos en el SIMCE.

Regla del 40%
El diagnóstico del primer conferencista de este ciclo sobre la gratuidad de la Educación Superior fue lapidario: “Con una carga tributaria de 19,8% es absolutamente imposible financiar su gratuidad”, advirtió, al tiempo que indicó que estamos al nivel de países africanos y latinoamericanos, y situación que contrasta con el 35% – 45% de carga impositiva de los países de la OECD.  

Sumado a esto, y elemento que incide directamente en lo que denomina “La Polar universitaria”, Waissbluth mencionó la regla del 40%.

“El 40% de los alumnos que egresan de Educación Básica no entienden lo que leen y el 40% de los estudiantes que ingresan a la Educación Superior, y el 40% de los que egresan de ella, tampoco y, además, no son capaces de hacer operaciones aritméticas básicas; incluidos los profesores”.

De aquí que si bien este académico reconoció como un avance el aumento de la matrícula de Educación Superior, de 300.000 a 1.000.000 durante la última década, así como que el 70% de los estudiantes formen parte de la primera generación de su familia que estudian en la universidad, el problema -señaló- es que como el 40% no comprende lo que lee, tampoco entiende de tasas de interés y morosidad.

Si a esto se agrega que de 4.700 carreras de Educación Superior sólo 700 de ellas están acreditadas y que de 1.000.000 de estudiantes 400.000 desertaron y terminaron endeudados, “tenemos 2.800.000 personas engañadas (entre alumnos, padres y hermanos), quienes se suman a los clientes de La Polar. Esto es lo que siembra el terreno del conflicto”, concluyó Waissbluth.

Durante la ronda de preguntas, el expositor de este ciclo de conferencias también se refirió a temas como el Crédito con Aval del Estado, “mi hipótesis es que el gobierno puede bajar el interés a 0% y el problema no se va a solucionar (…) mientras el Estado no consiga los recursos de otras fuentes”; a la situación de la educación pública, “si se quiere recuperar habría que hacer un programa de inversión en ella y no veo a este gobierno con este compromiso, así como tampoco lo distingo en el planteamiento de los estudiantes” y al aumento de la subvención preferencial de Educación Básica, a su juicio, el único logro concreto del “Movimiento Pingüino” de 2006, junto con la no discriminación por selección académica, y medida que actualmente sólo se cumple en el 50% de estos establecimientos.

Sobre las posibles soluciones al conflicto, el académico de Ingeniería Industrial señaló que la clave de Chile se concentra en tres patas: reforma educativa, reforma tributaria (para financiar la primera) y reforma política (terminar con el sistema binominal). También controlar el mercado desenfrenado (el libertinaje educacional) y diseñar políticas relacionadas con la educación preescolar (la base del sistema y desde donde se puede nivelar la cancha de oportunidades futuras), la carrera y formación docente y la manera cómo se desmunicipaliza la educación primaria y secundaria”.

“Sólo en educación preescolar y escolar Chile debiera gastar 4 mil millones de dólares anuales adicionales, en forma progresiva, y lo que el gobierno ha ofrecido es esto mismo en seis años, Educación Superior incluida”, advirtió.

“Haciendo Educación”
Inspirada en el exitoso ciclo de conferencias “Haciendo Empresa”, esta actividad está dirigida a los alumnos de los últimos años de la especialidad industrial, así como a los estudiantes de postgrado.

Con este conjunto de conferencias, que se realizarán hasta mediados de enero de 2012, Ingeniería Industrial se hace cargo de los temas relevantes de educación que hoy marcan la agenda pública del país.

Próximos invitados: Patricio Meller, académico del Departamento de Ingeniería Industrial y Director de Proyectos CIEPLAN; Alejandra Mizala, Directora del Departamento de Ingeniería Industrial; Pilar Romaguera, Decana de la Facultad de Educación de la Universidad de Las Américas, y Gregory Elacqua, Director del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Diego Portales.

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