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Descentralización: cómo lograr una autonomía eficiente.

¿Cuánto demora la Municipalidad en arreglar un hoyo de la calle desde que un ciudadano solicita su reparación? El tiempo promedio es de dieciocho meses. Un fenómeno que según Jaime Pilowsky, secretario ejecutivo de la Asociación Chilena de Municipalidades, se debe a la falta de descentralización que existe hoy en Chile. Según lo que expuso en el Seminario realizado en el Salón Gorbea de la Universidad de Chile, la centralización de los recursos y las decisiones ralentiza el accionar de las municipalidades. Pilowsky definió la descentralización como un “traspaso de poder o de competencias desde la administración central a otro tipo de organismos, como por ejemplo, los municipales o regionales”. Su necesidad recae en generar un acercamiento rápido y oportuno a la toma de decisiones, y al mismo tiempo descongestionar un grupo de funciones en el nivel central.

A pesar que cerca de el 50% de los funcionarios públicos están concentrados en los municipios, existen muchísimos cargos vacantes. Una de las recomendaciones de Pilowsky es que para fomentar la descentralización hace falta fortalecer las competencias profesionales de los empleados públicos. Por ejemplo, de los 341 municipios que existen, sólo 81 cuentan con el cargo de Director de Control.

Entre otras falencias del sistema, el gasto público no tiene relación con el grado de satisfacción real de los ciudadanos. Asimismo, se tiene poca conciencia de que en la medida que el municipio adquiere nuevas funciones, se deben renovar y mejorar los recursos e infraestructura disponible para ejecutarlas.

Desde otra mirada, enfocada en el manejo político de la toma de decisiones, Mario Waissbluth, Directo Académico del CSP, dio cuenta del trabajo realizado junto a Cesia Arrendondo, entorno a la Economía Política involucrada en el proceso de descentralización. Explica cómo es que las decisiones tomadas a nivel central y sectorial desde el Estado y Ministerios, pero al implementarlas a nivel territorial, se deterioran. Sobre todo, porque no es norma, sino excepción, que los alcaldes e intendentes logren una coordinación eficiente del uso de los recursos humanos y económicos.

También destaca que los stakeholders más interesados en la descentralización son aquellos con menos peso políticos en las instituciones, por lo que se requiere la construcción de un capital humano y social que permita la acumulación de fuerza política suficiente para generar cambios, pues es necesario fortalecer las áreas involucradas antes de dar autonomía.

¿Se puede fomentar la autonomía de la administración central, cuando la mayoría de los ciudadanos concurre a la capital a desarrollar sus actividades? Según una encuesta de la Fundación Futuro, un 77% de los entrevistados preferirían vivir en regiones en vez de hacerlo en Santiago, sin embargo en la práctica la mayoría opta por la Región Metropolitana. Para evitar esta situación, Gonzalo Valdivieso, investigador del Centro de Políticas Públicas UC, propuso diseñar un “menú de incentivos”, instrumento de política pública que permitirá implementar un sistema que favorezca la radicación de capital humano calificado en el país. Entre algunos ejemplos, destacan la reinserción laboral de chilenos en el extranjero favoreciendo las regiones, organizaciones como Médicos Generales de Zona o Servicio país para otras profesiones y/o servicios deficitarios en los territorios.

El camino que va de las expectativas hacia la realidad puede llevar a la frustración. Así lo plantea Merilee Grindle, del David Rockefeller Center for Latin American Studies. Su  mensaje se basa en un estudio realizado a municipios mexicanos que, luego de aplicar mecanismos para lograr la descentralización, compararon resultados esperados con resultados reales, permitiendo comprender el fenómeno.

Según Grindle, la descentralización es una tendencia mundial, mediante la cual se quiere dar mayor autonomía política y económica a los gobiernos locales en función de la democracia. Esto supondría una mayor eficiencia, eficacia, más participación, mejor entrega de servicios y una disminción de la corrupción.

No obstante, el estudio reveló que a pesar de que algunos municipios mejoraban su desempeño, muchos se mantuvieron igual o decayeron. Esto permitó determinar cuatro factores fundamentales para promover y sostener la descentralización: elecciones locales competitivas, en las que los candidatos hagan promesas de calidad en gobernanza;  liderazgos proactivos;  mejoras en la administración; y una ciudadanía demandante, enfocada en sus deberes y obligaciones.

Sin embargo, ¿cómo puede establecerse un adecuado proceso de descentralización sin un sistema ad hoc?  Javier Fuenzalida, director de Desarrollo del Centro de Sistemas Públicos, propuso los elementos necesarios para crear la arquitectura necesaria en un Sistema de Alta Dirección Pública (SADP) para municipios, en base a la “Primera Encuesta Nacional a Directivos Públicos” y sus resultados analizados por un grupo de expertos.

De este trabajo se desprende que las dimensiones fundamentales para un SADP son las consideraciones políticas, la institucionalidad, la cobertura, la organización del trabajo, la gestión del empleo, gestión del rendimiento, gestión del desarrollo y la transparencia. Éstas permitirán darle mayor autonomía al municipio, mejorar los procesos de reclutamiento, y fomentar instancias de capacitación, entre otros aspectos.

Todo indica que el hecho de que los funcionarios se apropien de su institución es la base de este proceso. Así enfatizaron las investigadoras del proyecto Anillos, Valeria Sánchez y María Angélica Pavéz, quienes mostraron su propuesta de un Sistemas de Protección Social que contribuirá a la implementación de Políticas Públicas, que estimularía a los municipios a apropiarse de su gerenciamiento y responsabilidades, en contraposición a la actualidad, donde los niveles centrales determinan qué se hace en los gobiernos locales.